Génesis 4.26 es considerado por algunos como el comienzo de la oración en la Biblia: “Comenzaron los hombres a invocar el nombre de Yahweh.” Dentro de la narrativa bíblica, esto guarda relación con la declaración acerca de la Simiente de la mujer que aplastaría a la Serpiente (Gén. 3.15), y la promesa a Abraham de que en su Simiente serían benditas las naciones (Gén. 22.18). En ese sentido, la oración estaría basada en esa promesa y, por lo tanto, estaría enfocada en la redención final por medio de esa Simiente.